La más habitual en interiores. Se caracterizan por su textura lisa, sedosa y su gran poder de cubrimiento.
Ventajas: son lavables –al ser resistentes al agua-, disponen de una amplia gama de colores (en tonos mates o satinados que no cambian con el tiempo), ofrecen protección antimoho y son de gran durabilidad.
Aplicación: viviendas, zonas comunes, locales comerciales, garajes, etc.
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